Nos
ayudará comprender su valor si podemos apreciar algunos conceptos elementales e
históricos. La palabra Doxa expresa la gloria y el poder, la majestad y el
esplendor de Dios. Se usaba la palabra originalmente para referirse a la fama
de alguien, su reputación. En la versión griega del Antiguo Testamento, Doxa
traduce la palabra hebrea kabod, que significa gloria u honor. Se usa para
referirse a la forma en que alguien se presenta, su aspecto, su apariencia, o
sea, la manifestación de una persona. Esta expresión pone énfasis especial en
la impresión que deja en otros. Vale decir, es su manera de lucir. Es esencial
captar este sentido para comprender el concepto. Dios es invisible y mora en
luz inaccesible, según nos dice el Nuevo Testamento. Sin embargo, se revela al
mostrar su gloria, su majestad, su esplendor. Se ve en sus obras. El salmista
declara (Salmo 19:1):
Los
cielos cuentan la gloria de Dios,
el
firmamento proclama la obra de sus manos.
El
apóstol Pablo expresó algo similar en Romanos 1:20:
Porque
desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su
eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que
él creó, de modo que nadie tiene excusa.